A sus 19 años, Manuela Parra se ha convertido en un faro de inspiración para las personas con habilidades diferentes. “Es una niña tierna, alegre y siempre sonriente. Es mi mayor orgullo”, así la describe Andrea Flórez, su mamá.

La joven deportista nacida en Medellín, fue diagnosticada con epilepsia y un daño cognitivo leve en sus primeros años de vida, sin embargo, su pasión por la natación no se ha visto afectada por los desafíos que ha enfrentado. Con una determinación inquebrantable y un talento innegable, Manuela ha trazado su curso hacia los Juegos Olímpicos, con el objetivo de convertirse en la mejor pechista del país.

La joven apasionada por el agua, que comenzó en el club Huracanes a los 11 años, sobresalió entre sus compañeros gracias a su desempeño y fue convocada a los 13 por la Selección Antioqueña de Para-natación.

Hoy, con 19 años ha participado en torneos departamentales, nacionales e internacionales como los Abiertos de Para-natación y Juegos Nacionales 2023, en los cuales ha ganado medallas de oro, plata y bronce.

A pesar del diagnóstico de daño cognitivo leve, Manu ha encontrado en el agua un espacio de libertad y superación. Su amor por la natación se ha convertido en su motor, llevándola a ser seleccionada esta vez por Talentos Medellín del INDER; una estrategia que ofrece atención integral con profesionales especializados en fisioterapia, preparación física, nutrición deportiva, trabajo social, apoyo pedagógico y acompañamiento metodológico.

"La natación es mi vida. Me hace sentir libre y fuerte", dice Manuela con una sonrisa en el rostro. "Quiero agradecer al INDER por brindarme la oportunidad de demostrar mi talento. Mi familia y compañeros del Team de Talentos Medellín han sido un pilar fundamental en este camino, y quiero darles las gracias por su apoyo incondicional". Agrega.

Su mirada está fija en un horizonte repleto de sueños. Con cada brazada, Manuela se acerca un poco más a su meta: representar a Colombia en los Juegos Olímpicos. "Es mi sueño. Quiero demostrar que las condiciones físicas o cognitivas no definen hasta dónde podemos llegar. Quiero ser un ejemplo para otros jóvenes que enfrentan desafíos similares” expresó emocionada.

Además de la natación, desde pequeña ha tenido una conexión única con los animales, por lo que quiere estudiar medicina veterinaria para complementar su proyecto de vida.

Con una determinación palpable, Manuela está forjando un camino de inspiración y superación. Su historia resuena como un testimonio de coraje y perseverancia, sirviendo de referente para personas que enfrentan las mismas condiciones. Es así como, Manuela Parra Flórez, se consolida como una deportista de alto rendimiento que desafía las barreras en el agua y fuera de ella, dejando una huella imborrable en el mundo del deporte.